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Espacio de estudio e intercambio

jueves, 1 de mayo de 2014

Lic. Inés María Iturralde

  
RITMOS
DIARIOS, SEMANAL, MENSUAL Y ANUAL

Autora: Michaela Glöckler


¿Por qué es particularmente importante trabajar con los ritmos en la temprana infancia? Porque por un lado todos los procesos vitales tienen ritmos específicos y estructuras temporales y por otro lado, el orden rítmico de las funciones todavía no está desarrollado en los niños y necesita se creado y estimulado.

Los seres humanos con sus funciones intelectuales autónomas son capaces de aislarse de su ambiente natural y orígenes e ignorar grandemente los ritmos que portan la vida. Eso puede llevar a una gran variedad de condiciones patológicas y estados de cansancio, cuando los seres humanos van contra el orden rítmico de sus funciones por a años y años, de modo que los limites de elasticidad  son sobrepasados y el sistema colapsa. Por otro lado, el cuidado considerado de los grandes ritmos puede preparar  y desarrollar la habilidad del organismo para lidiar con las demandas de la vida.

¿QUÉ ES LO ESPECIAL EN DAR UNA ESTRUCTURA RÍTMICA TEMPORAL?

Con el ritmo, procesos semejantes son repetidos en condiciones comparablemente semejantes. Nuestra respiración es un modelo de ritmo – ninguna respiración se asemeja a la otro en cuanto a profundidad y duración, si uno lo mide exactamente.  Cada respiración es semejante a la anterior.

Los ritmos siempre equilibran los opuestos polares. Donde se encuentren los opuestos en la naturaleza, los ritmos pueden regular la situación. Así los ritmos vistos en un “mackarel sky” indican las áreas de alta y baja presión que yace cerca de cada una de ellas. Nosotros vemos las líneas de las ordenadas rítmicamente en la arena de la playa cuando el agua fluida encuentra la tierra firme. En el mismo sentido, movimiento y descanso,  opuestos polares, son llevados en un equilibrio rítmico en nuestra respiración.

Los ritmos son la base de cualquier proceso de adaptación. Porque ninguna repetición rítmica es exactamente la misma que la que la precedió, pero siempre existe  un  juego sutil en torno a la media, con procesos rítmicos capaces de una adaptación elástica. Un rígido pulso, por otro lado sería totalmente inflexible, bastante incapaz de equilibrar o integrar algo.

El ritmo desplaza energía.  Cualquier cosa que ocurre de manera regular necesita menos energía que  cuando ello ocurre fuera de un tiempo habitual o circunstancias regulares, como un evento inesperado.

Las actividades hechas rítmicas y regularmente llevan a la creación de hábitos. Ellos son la estructura de apoyo básica en todo el desarrollo del carácter y la personalidad. Si nosotros adquirimos hábitos de horarios de comer y dormir regulares, si estamos habituados a organizar el día de manera efectiva, de modo que trabajo y juego, tensión y relajación están en una buena relación, estamos bien equipados y somos capaces de enfrentar el stress de la vida diaria. Más tiempo dependamos mayormente de las circunstancias externas o de nuestras inclinaciones momentáneas, no teniendo nuestro propio tiempo, estamos fácilmente en peligro de sobreestimar nuestras capacidades en lidiar con las demandas y llegar a un estado de agotamiento. Nos hace falta la elasticidad, necesaria para la adaptación, el poder permanecer en paz y un sentido de los parámetros saludables de la vida.

En cada repetición nosotros entramos concientemente a fortalecer la voluntad y también nuestra disposición para actuar.

Es a través de los ritmos que la naturaleza que el hombre se relaciona con el cambio de estaciones, con la secuencia de día / noche y los muchos y diferentes movimientos de los planetas en contraste con el paño de fondo de las estrellas fijas. Todos los ritmos y relaciones numéricas que regulan el movimiento de los planetas en nuestro sistema solar pueden ser encontrados en los procesos vitales de las plantas, animales y hombres, indicando el origen común y la interconexión de la vida en la conocida creación.

El estudio de los ritmos biológicos y estructuras temporales se ha desarrollado en área específica de la investigación solo en el s. XX – la cronobiología, seguida posteriormente por la crono medicina y la crono farmacología.  Los párrafos siguientes dan una idea general de los principales ritmos que sostienen los procesos vitales.